El pasado 28 de febrero los antiguos alumnos de las últimas promociones pudieron recordar de nuevo qué se siente cuando, con tus antiguos compañeros, das la asistencia para un gol, evitas que tu equipo de amigos y antiguos compañeros de promoción quede eliminado en un “rey de la pista” o cuando consigues superar el marcaje de un contrincante, entras a canasta y logras anotar con una bandeja sorteando el tapón del rival.
Las cenas de Antiguos Alumnos se consolidan como un encuentro entrañable donde todos los que seguimos trabajando en Andel y los antiguos alumnos asistentes recuerdan con cariño aquellos días en los compartíamos nuestro tiempo y nuestras vidas. Surgen anécdotas harto conocidas ya por todos, contadas y recontadas como si de una epopeya homérica se tratara. Volvemos a preguntar a los antiguos compañeros -con los que tal vez la distancia y las circunstancias nos han hecho perder el contacto- qué tal va aquel asunto que le preocupaba, o cómo ha ido avanzando esa afición que compartían.
Nuestros antiguos alumnos, peregrinos en nuestras aulas e instalaciones, saben que lo más importante es ser conscientes de que Andel forma parte importante de su biografía, que en Andel aprendieron y se pusieron los cimientos de sus éxitos presentes y futuros, en definitiva que Andel será el lugar al que siempre que retornen felices o abrumados por las circunstancias de la vida habrá un amigo que querrá seguir sabiendo de él y de su presente, pues el hogar no es un conjunto de edificios, el hogar son las personas con las que compartimos esos espacios y nuestros Antiguos Alumnos saben que Andel siempre será su casa.🤝❤️🏠
